viernes, 8 de enero de 2010

Brasil como contraste

El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, estableció ayer un aumento del 10 por ciento a los salarios mínimos, lo que significará, cuando la medida entre en vigor en enero próximo, un incremento real –ya descontada la inflación anual– de 5.5 por ciento en el poder adquisitivo de los ingresos de los trabajadores. Desde 2003, cuando Lula inició su primer periodo en la presidencia, el indicador salarial brasileño ha acumulado un incremento de 53.4 por ciento en términos reales, y ello no sólo contribuye a explicar la enorme popularidad de que goza el mandatario de origen obrero sino que, mucho más importante, permite entender la solidez de la economía del mayor país de Latinoamérica.



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