Puede resultar extraño que un hombre de mundo, diplomático, jefe negociador de Brasil en las primeras rondas del Acuerdo General de Tarifas y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés), representante en Naciones Unidas, reivindique, en ese tono, en vísperas del siglo XXI, independencia o muerte. Palabras poco usuales en el escenario internacional de entonces, reivindicadas solo cinco años después de la caída del Muro de Berlín, en plena euforia de quienes pregonaban el fin de la historia, “la victoria de la economía de mercado y de la democracia”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario